09 diciembre 2008

Primera etapa del viaje Baixo Guadiana--Baixo Alentejo

Primera etapa: Vila Real de Santo António - Almodôvar: 93,4 km, 5:51, 16 km/h. -


Los protagonistas del viaje fueron Jesús, José Augusto, Juan y Pedro con sus bicicletas (Canonndale, MMR customizada, Trek y Otero) en una ruta cicloturista de tres días por el sur de Portugal.

La 1.ª etapa comenzó cerca de la desembocadura del Guadiana, en Vila Real de Santo António, y acabaría en Almodôvar, en el centro del Baixo Alentejo.

Desde Castro Marim nos dirigimos por carreteras secundarias de muy escaso tráfico hacia Cerro de Enho. Pronto comprobamos que el día iba a ser largo, con menos frío del previsto y con algunas deficiencias mecánicas que resolvemos sobre la marcha. De Tanoeiro a Corte de Gago tuvimos la primera subida larga y después de cruzar la ribera de Beliche otra subida, más larga y empinada, para llegar a Corujos.

Las bicis de JA y PT

Mi Trek con las alforjas

 Cannonadale  con equipaje de Jesús







Unos kilómetros más adelante de Alta Mora me equivocaría de dirección en una rotonda y aquel error, de ser una preocupación, se convirtió en el hallazgo de una nueva ruta hasta Bentos, pasando por Alfarrobeira, Varzea y Jardos, con varios km finales por un camino de tierra.

Acabando un tramo de camino de tierra


Durante una de las muchas ascensiones de ese día un impactante grito atravesó el espeso silencio ¡Para un "puente" que tengo para descansar... so mam...n!!! 
El lugar por el que se atraviesa la ribera de Odeleite es muy bonito pero la larga cuesta que viene después tiene mucha miga, con cuatro km de constante subida y de un porcentaje importante. Después nos alivia un poco la carretera hasta Vaqueiros y más adelante, camino de Martim Longo, no encontramos muchas dificultades, salvo el repecho anterior a la localidad. Para entonces el estómago necesita algo más que fruta y barritas energéticas y nos dirigimos al restaurante Monte Branco, donde nos atiende una amable encargada, especialmente a Jesús, al que le sirvió doble ración del plato del día (fideos con salmón) y después de saciar la sed y aplacar el hambre nos dispusimos con mejor ánimo a completar la segunda parte de la etapa.

Almorzando en Martim Longo
Esta segunda parte transcurrió también por las carreteras secundarias casi desiertas que unen las aldeas típicas del interior algarvio e igualmente por un territorio quebrado, con cambios de asfaltado muy diferente entre los concelhos y distritos, muy notable el que se produce al cruzar la Ribeira do Vascão, límite entre el Algarve y el Alentejo.
Después de pasar por la localidad de Santa Cruz la tarde se puso de agua y tuvimos que ponernos los chubasqueros. Desde allí la lluvia fue intermitente, con momentos más fuertes y dejó de caer después de  Dogueno, desde donde seguimos por la mojada carretera, con un buen susto por una camioneta que no dejó la suficiente separación cuando nos adelantó, rodabamos rápidos por la planicie alentejana y poco después de cruzar la Ribera de Oeiras alcanzamos el objetivo marcado al principio de la etapa, Almodôvar.


Cuando llegamos a Almodôvar nos dirigimos en busca del puente medieval pero nos encontramos primero con la monumental escultura "homenaje a los bomberos" de Aureliano, que está colocada muy cerca del parque de los Bombeiros Voluntarios. Entre las numerosas piezas nótese la horquilla de bicicleta que adorna el radiador del carro de bombeiros.

En Almodôvar después de la lluvia

Uno de los atractivos de Almodôvar es el puente medieval sobre la Ribeira de Cobres, y la luz apagada del atardecer era propicia para contemplar el lugar con detenimiento.
Después buscamos Residencial Serafim http://www.almodovar.com.pt/residencialserafim/ un establecimiento de reciente apertura, situado en el centro del pueblo, para alojarnos en dos habitaciones confortables, con calefacción y com casa de banho privativa, ar-condicionado, TV, telefone e acesso à internet,  al económico precio de 35 €, habitación doble.

Tras la reconfortante ducha y algunos hasta faena colada, dimos una vuelta por el pueblo y tomamos unos vinos en una taberna, charlando con un paisano sobre cuales eran los restaurante más recomendables; finalmente nos decidimos por entrar en la Pizzeria O Forno, muy acogedora, donde dimos cuenta de una buena cena a base de ensalada, pizza y pastas.

Fue la etapa más larga en kilometraje y en tiempo de pedaleo, con varias subidas de consideración y el día en el que mejor comimos y mejor nos alojamos. Tuvimos un buen comienzo.