11 julio 2010

Fisura en una potencia Ritchey WCS

Me la regaló un amigo y la coloqué en la Trek Fuel 80 contento de añadirle una pieza de calidad y rebajar un poco el peso.
Lavando la bici, después del raid Martinlongo-Castro Marin, la puse con las ruedas para arriba y observé que la potencia tenía una fisura  en la parte colocada hacia abajo. ¿Desde cuando estaba así? ¿Cuanto faltaba para que la pieza se rompiera completamente?
Creo que fue una suerte ver a tiempo el desperfecto, porque si se hubiera roto en marcha seguramente habría sufrido una caída con serias consecuencias.
Práctico un ciclismo de montaña tranquilo y mi conducción no es agresiva, pero por lo que parece el mountain bike ejerce un gran estrés sobre las monturas, era la segunda vez que tenía que retirar una pieza fisurada, hace años me paso con un tija de la marca Zoom. Esto implica prestar más atención al mantenimiento de este tipo de bicicletas. Hay que revisar periodicamente el cuadro y todas las piezas y componentes porque nos va en ello nuestra integridad.



08 julio 2010

DAHON Speed TR

Cuando fui a Ciclos Km0 a fotografiar la bici de Marín me encontré con otra bici singular,  la que recientemente se ha comprado Manolo (papafondri), un cicloturista sin prisas.
Se trata de la Dahon Speed TR (http://www.dahon.es/)  una bicicleta plegable de turismo, con cuadro de cromoly 4130, cubiertas Big Apple de Schwalbe 20" x 2.0" y sistema Dual Drive de SRAM con un rango de 24 velocidades. Además este modelo Dahon está dotado de todo lo necesario para el cicloturismo: luces, guardabarros y portabultos.

Con un buje delantero muy especial, el Dinamo Biologic Joule II, una verdadera "central eléctrica", con un recargador de dispositivos Biologic para las luces, el gps o el teléfono.



Otro elemento llamativo es la potencia Andros, con un diseño espectacular y que goza de infinidad de  regulaciones, hacia abajo, hacia adelante y hacia atrás permitiendo que ciclistas de casi cualquier tamaño encuentran su posición de conducción óptima, ya sea vertical para la comodidad o extendida para el rendimiento. Se ajusta con una sola mano y cuenta con cerradura de seguridad que impide la apertura accidental.



En definitiva, una máquina destinada al cicloturista que quiere convinar la bici con otros medios de locomoción (autobús o ferrocarril) y que está cargada de elementos de calidad para hacer del viaje algo seguro y placentero. ¡Qué la disfrutes Manué!

06 julio 2010

La bici de MARIN




Sobre la base de su antiguo cuadro de btt, un Amerbik Cheyenne, Juan Antonio Marin ha montado una bicicleta con una personalidad más urbana. Sin dejar de ser una bici con ruedas "gordas", ahora calza unas cubiertas Bontrager Urban Earl 26 x 2.125, con un montaje en base a componentes de mountain bike, como los frenos, los desviadores, las bielas, es el manillar y las manetas de carretera lo que le confieren ese aire tan especial. A lo que se suma el vistoso color dorado elegido para la pintura del cuadro, con los gráficos en rojo, con el nombre de la tienda Ciclos Km0 y el homenaje a su padre, Cano, en el tubo superior.
Una bici original y bonita. Enhorabuena Marín.

Cão Como Nós, Manuel Alegre

MANUEL ALEGRE. Cão Como Nós - Novela, 20.ªediçao, D.QUIXOTE, 117 pags., 10,50 €.

«Não era um cão como os outros. Era um cão rebelde, caprichoso, desobediente, mas um de nós, o nosso cão, ou mais que o nosso cão, um cão que não queria ser cão e era cão como nós.»


Novela corta donde el escritor portugues da cuenta de su relación y la de su familia (padres, mujer e hijos) con un spaniel bretón, de nombre Kurika, desobediente y cariñoso y de acusada personalidad. Era un perro que creía no ser un perro y se comportaba como hijo y hermano, para el que no había puerta cerrada u ordenes que no pudieran ser incumplidas.
Intercalando recuerdos con el vacío dejado por la ausencia del animal, nos presenta de una forma poética y emotiva a Kurika, un perro dulce y tozudo que se convierte en uno más de la familia. El autor creyó durante mucho tiempo que el perro era un perro y debía comportarse como tal, pero con su muerte comprende que era un personaje definitivo en el entramado de la familia y con técnica fluida, poderosa y leve construye un relato sobre la lealtad y la amistad.
 
Manuel Alegre nació en 1936 y es uno de los más relevantes escritores del Portugal contemporáneo. Con un amplio reconocimiento de crítica y público, es autor de una amplísima obra de gran calidad que incluye poesía, novela y cuento. Destaca también por su compromiso político desde su firme oposición al régimen salazarista y a la Guerra Colonial de Portugal en África hasta su activo liderazgo en la política portuguesa actual.

Hay edición en español, Un perro como nosotros, en la Colección Fabulata de BAOBAB Editorial, en traducción de Rebeca Hernández Alonso.

Arrifana y Monte Clérigo, Aljezur, Portugal

24 de junio. Tras desayunar en el apartamento (yogur y plátano) montó en la bici poco después de las 7:30. Se había abrigado con chaleco y manguitos porque el día amaneció fresco y muy nublado. A esa hora tan temprana un hombre viejo ya está cabando las patatas de su huerto. Cuando encontró un buen ritmo pudo rodar con facilidad hasta Aljezur. A la salida del pueblo giró a la derecha y puso el desarrollo más corto para subir los 1200 metros de empinada cuesta hasta el cruce de Arrifana y Monte Clérigo. Una vez arriba torció a la derecha y rodó por buena carretera, disfrutando de las vistas sobre la Ribera de Aljezur. Pasada  la urbanización de Espartal y poco antes de llegar a la costa lo asustó un perro que de imprevisto salió de unaz zona de gándara ladrando con agresividad. Unos instantes después comenzó a sonar su teléfono móvil. Se detuvo en un aparcamiento frente a la playa de Monte Clérigo y descolgó:
¿Diga? - ¡Juan! - ¡Hola Manolo, estoy en Portugal de vacaciones! - Bien, sólo te llamo para felicitarte en tu día - ¡Oh, gracias Manolo, eres el primero en hacerlo, gracias! - Pues lo dicho, que tengas un buen día. Un abrazo - Igualmente.


Aprovecha esta primera parada para hacer algunas fotos de la playa y del caserío de Monte Clérigo. Vuelve a montar y cruza el poblado para atravesar la urbanización de Vale da Telha por carreteras con asfaltado muy deficiente, rugoso y bacheado, y siente alivio cuando alcanza la carretera por la que hace su entrada en Arrifana. Allí se detiene un momento en el mirador frente al restaurante Brisamar y disfruta de la visión de tan hermosa concha de arena dorada rodeada de altaneros y oscuros acantilados.
Le pide a un chico que le haga una foto y este, muy amablemente, le hace dos. Sale de Arrifana con la idea de llegar cuanto antes al apartamento porque su mujer lo espera para desayunar.

La primera parte del trayecto de vuelta es favorable, pero tras dejar atrás Carrascalinho es ascendente y el viento que sopla del Noroeste, junto al cansancio acumulado, hace que le sea difícil rodar por encima de los 20 km/h, y no es hasta cerca del cruce de Zambujeira do Baixo, cuando el recorrido se vuelve favorable y puede pedalear más ágilmente hasta Maria Vinagre. Cuando llega al Monte João Roupeiro acababan de dar las 10 y A, que lo esperaba para desayunar, le regala por su santo el libro "Invisible" de Paul Auster.

EL CICLISTA (De renner / El corredor)

EL CICLISTA. Tim Krabbé. Traducción de Marta Aguilé Bernal. Los libros del lince. 2010. 156 págs.

Escalar es una cuestión ritmo, una especie de trance, hay que mecer las protestas de tus órganos para que se duerman. (pág. 32)

El ciclismo imita a la vida como ésta sería sin la influencia perniciosa de la civilización. Si ves a tu enemigo tendido en el suelo ¿cuál es tu reacción más natural' Ayudarlo a levantarse.
En el ciclismo lo matas a patadas. (pág. 76)

Almohadones de terciopelo, parques zoológicos, gafas de sol, las personas se han vuelto ratoncitos de lana. Siguen teniendo cuerpos que podrían aguantar cinco días y cuatro noches, caminando por un desierto de nieve sin comida, pero dejan que les de palmaditas en la espalda por haber salido a correr una hora en bicicleta. - ¡Así se hace!
En vez de mostrar su agradecimiento a la lluvia mojándose, la gente va y saca el paraguas. La naturaleza es un anciana dama con pocos pretendientes, y a los que aún desean beneficiarse de sus encantos los recompensa de manera apasionada.
Por eso hay ciclistas.
Sufrir es preciso; la literatura es superflua. (pag. 119)

Estas son algunos párrafos escogidos durante la lectura de esta novela, publicada por primera vez en 1978 como De Renner (El Corredor), con la que Tim Krabbé (Amsterdam, 1943) debutó como escritor. El libro alcanzó pronto el éxito internacional y se convirtió en un clásico, pero hasta ahora había permanecía inédito en España y la editorial los libros del lince lo publica en su colección Literaturas. La novela cuenta, desde el punto de vista de un corredor, el desarrollo del Tour del Mont Aigoual, una carrera amateur que se disputó en un bucle de 137 km., con figura de ocho, el 26 de Junio de 1977 en la región de Cévennes, al sur de Francia, y en la que el autor participaba con la intención de lograr la victoria. 
La descripción magistral y casi minuciosa de los entresijos de una carrera desde la perspectiva de un corredor es adornada con referencias históricas a célebres ciclistas (Altig, Anquetil, Gaul, Koblet, Kuiper, Ottenbros, Van Impe, etc.) en una narración vibrante que se lee con placer y que recomiendo tanto a los aficionados a la lectura como al ciclismo.

Buscando en la red se pueden encontrar interesantes aportaciones sobre la obra y su autor:

Una entrevista a Tim Krabbé en El País: http://www.elpais.com/articulo/ultima/odio/sospechar/corren/elpepiult/20100611elpepiult_2/Tes

Unas fotos excelentes en http://www.rapha.cc/the-tour-du-mont-aigoual--photography

 Y El Ciclista en rtve Cicloturismo en la 5
http://www.rtve.es/mediateca/audios/20100618/ciclista-tim-krabbe-cicloturismo-5/803874.shtml

05 julio 2010

Subida a Fóia, Mochique, Portugal

Me visto con mis mejores galas, estrenando culotte y guantes y el sillín Selle Italia XR. Salgo del Monte João Roupeiro después de hacer un buen desayuno y con la moral alta. He decidido que el trayecto para Aljezur evitará el tráfico de la estrada EN-120 y en Maria Vinagre sigo la carretera que se dirige a Carrascalinho, mucho más tranquila y con buen piso. 
La carretera que desde Aljezur se dirige a Monchique tiene un asfalto irregular y abultado, áspero y rugoso, y en la primera bajada la bomba salta del soporte que la sujeta al cuadro debido a las vibraciones. A la altura de la indicación para Margalhos me detengo a hacer unas fotos de una casa de campo que me gusta y veo que la ruta comienza a empinarse y tengo que echar mano del desarrollo más corto que llevo, el 30x25.


Serán más de 3,5 km. de subida difícil, empinada y con deficiente asfaltado, serpenteando por un paisaje de cerros sin arbolado. Escalo casi siempre sentado, con las pulsaciones al máximo, sin encontrar un buen ritmo de piernas. Pienso en lo bien que me vendría un piñón de 28 dientes; pienso en Javier y en como se las arreglaría para superar estas rampas con el 34x25 de su Scott; pienso en lo dura que se me está haciendo la subida cuando creía que mi estado de forma era óptimo.


Pienso, persevero y sudo cada pedalada con la que impulsarme hacia el final de la subida. Cuando veo el indicador del Concelho de Monchique ha terminado lo más duro y el asfalto es mejor, más liso, y ruedo mas desahogado por un altiplano. A la izquierda una señal indica a Padescas, más adelante otra que indica: Barragem de Bravura 9. En esta zona la sierra ya tiene más árboles y más sombras. Cruzo la aldeia de Marmelete y a la salida paro en un parque de merendas, junto al que hay un panel informativo de la vía algarviana, ya que uno de sus tramos pasa por allí.


A partir de Marmelete el recorrido es muy bonito, con buenas vistas hacia el S y a la izquierda de la carretera se entreve, entre los árboles, la cumbre de Fóia. Ya parezco recuperado de la dura ascensión y ruedo bien cuando me acerco a las dos horas de pedaleo. Pasada la aldeia de Gralhos veo a una viejecita, toda vestida de negro y con sombrero también negro, leyendo un libro, sentada en un puestecillo de frutas situado al borde de la carretera. Voy disfrutando del paisaje de bancales, frutales y fértiles valles, manchados con el blanco de caseríos y aldeas. Después de pasar por Casais me cruzo con un coche de la GNR antes de trazar una cerrada curva a la derecha y entonces a mi espalda suenan pitidos de coche, me vuelvo y veo a Ana al volante del 307. Tomamos la curva y paramos en un terraplén y charlamos un momento para repasar el plan. Ella seguirá hasta Monchique y me esperará en el centro del pueblo, yo intentaré subir hasta la cima de la Sierra de Monchique. Llego al cruce con la carretera que sube de Caldas de Monchique y Portimão, frente a las canteras de foiaíto de Nave. En  la entrada de Monchique hay varios indicadores y en uno pone Fóia 8. Atravieso el pueblo hasta llegar a la rotonda de donde parte la estrada para Fóia. El primer tramo es duro y tengo que poner ahínco para ir alcanzado primero el restaurante "O Fernando", después el "A Teresinha" y el "Luar da Fóia", a partir de donde la pendiente no es tan acusada. Esta estrada es más turística y tiene más tráfico que el resto de la ruta, coches y autobuses que suben y  bajan. Todavía me quedan varios kilómetros para alcanzar la cumbre y las fuerzas van decayendo y el calor aumentando y tengo que detenerme un par de veces, una para descansar y comerme una barrita y la última para refrescarme y beber en una fuente, desde donde continúo hasta la cima de Fóia, donde me detengo un momento en el mirador para hacer unas fotos. Estoy en el punto más alto del Algarve, a 902 metros sobre el nivel del mar al que la bruma de hoy impide distinguir con claridad, al que avistan los navegantes por su túnica verde.






También hago fotos en el primer tramo de la bajada, para después dejarme llevar sin interrupciones por la pendiente hasta alcanzar el pueblo en poco más de diez minutos. Ana me está esperando en la terraza del bar que hay en el centro, frente al parque donde se encuentra una espectacular araucaria de más de 30 metros de altura.
Pido una coca-cola y repaso los datos de la ruta:  61,59 km recorridos en 3 h. 28 min. de pedalelo, a 17,75 km/h de velocidad media y con 51,52 km/h de velocidad máxima. Ha sido difícil pero estoy satisfecho de conseguir el objetivo de escalar Fóia pedaleando.