07 agosto 2011

Dorado y arenoso agosto





El verano no es la época más cómoda para montar en bici por el campo en este rincón del sur peninsular, ya que los caminos y senderos se tornan más arenosos y polvorientos y la canícula acorta las horas agradables para pedalear. Pero a nuestra natural condición anfibia, más dada a tiempos húmedos, primaverales y otoñales, también sabemos añadirle un punto lagartija veraniega y, en las horas finales de la tarde, nos adentramos en los bosques para disfrutar de la tranquilidad campestre, lejos del bullicio y del tráfico veraniego de la costa. En contra del título de la obra de mi admirado Fernando Fernán Gómez, "las bicicletas NO son para el verano".