La
ruta Joyce, última novela gráfica publicada por Alfonso Zapico, es un cuaderno
de viaje donde va relatando su proceso de documentación para la realización de Dublinés, en el que, con tono desenfadado y fluido, el autor, caracterizado
bajo apariencia quijotesca, y a veces en compañía de su mujer, nos cuenta las peripecias que va teniendo en sus
visitas a Dublín, Trieste, París y Zurich, las cuatro ciudades más importantes
en el periplo vital y creativo del escritor irlandés. Los relatos de esos viajes, contados con
jugosos y divertidos apuntes, constituyen la columna vertebral del libro.
Además
encontramos otros capítulos interesantes, como el de su paso por Bilbao, para
participar en un congreso sobre Joyce en la Universidad de Deusto y del
divertido encuentro con su editor. O los dedicados a su paso por la Maisondes Auteurs de Angoulême, donde residió durante dos periodos trabajando en Dublinés, conviviendo y enriqueciéndose
con la cercanía de otros autores como Clara-Tanit, Lola Lorente,
Jung-Hyuun-Lee, Freddy Nadolny, Thomas Gosselin, François Henningen, Giovanna
Lopalco, Martín Romero o Álvaro Ortiz.
En
este itinerario personal en busca de las huellas de Joyce el
autor nos muestra su visión y su desencanto con esta nueva Europa, en la que el turismo pasa por
encima de la cultura, en la que durante su búsqueda tendrá sorpresas y decepciones,
cuando pasado y presente se enfrentan en tan bellas y dispares urbes, comprobando que Joyce no está en ninguna, que ya sólo se
encuentra en sus libros.
Momentos pasados en librerías y bibliotecas, museos, bares y pubs y también en habitaciones de
hotel. O sus encuentros y comidas con amigos, contados a través de sus viñetas de
amena lectura, e incluyendo también reflexiones sobre el acto creativo y de cómo este
depende en gran medida del escenario en el que surge.