27 enero 2017

El asunto es moverse

Bien pertrechado para el frío de la tarde pedaleé por el carril bici en dirección a la playa. Cuando me acercaba al kilómetro nueve me despisté un momento mirando el campo hacia mi derecha. Un fuerte ¡cuidado! me llegó de frente.¡Ostras, que susto!
Me salgo del asfalto y me detengo más allá de la cuneta, sobre la hierba, sin consecuencias. El ciclista que gritó me pregunta ¿algún problema? Todo bien, le contesto.
Sigo mi ruta por carril bici y carretera. Dejo atrás El Portil y continuo dirección El Rompido, pero cuando llego a la entrada del camping Catapum dejo la carretera, iniciando un recorrido por el campo en el que puse a prueba mis habilidades y el comportamiento de las cubiertas Continental Tour RIDE por caminos de grava y también de arena y fue en los tramos arenosos donde tuve más dificultades. Nada que no pudiera arreglarse poniendo pie a tierra y dando algunos pasos. Ese paseo por el campo, lejos de la carretera, suele causarme un gran efecto terapéutico sobre las cosas negativas acumuladas durante el día. Conducir una bicicleta con manillar curvado, horquilla rígida y unas cubiertas de 700x28C por los caminos exige un nivel de concentración alto para encontrar siempre la línea más acertada, cómoda y segura.

El título de esta entrada está copiado de una frase de una de R.L.Stevenson
Yo no viajo para ir a ninguna parte, sino para ir. Por el hecho de viajar.
 El asunto es moverse
 También he leído que fue una sentencia de William Shakespeare.
El cabalgar, el viajar y el mudar de lugar recrean el ánimo
SÉNECA